¿Cuántas cosas importantes hemos
perdido en nuestra vida? Puede tratarse de una amistad que se desvaneció o de
un trabajo que una vez tuvimos. Quizá fuera un ex con quien acabamos la
relación de una manera amarga, o un miembro de la familia a quien nunca le
expresamos nuestro amor o nuestra gratitud.
El problema es que creemos que
tenemos una reserva infinita de oportunidades. Pensamos: "si me pierdo
esta, aprovecharé la próxima". Pero lo cierto es que a veces no somos
merecedores de recibir otra. A veces estamos ahí para ese preciso momento o esa
precisa persona y, si los perdemos, no conseguimos una segunda oportunidad.
Hay un motivo por el cual todo
viene a nuestras vidas y a todos se nos da una cierta cantidad de tiempo para
realizar nuestro trabajo.
Cada oportunidad tiene su fecha
de caducidad. Sin embargo, nuestro ego siempre tratará de convencernos de que
tenemos todo el tiempo del mundo y que nuestro trabajo puede esperar un día
más.
Las oportunidades que pueden ser
aprovechadas hoy, deben usarse hoy. El mañana contiene un nuevo paquete de
oportunidades.
No sabemos si las cosas que nos
da la vida y que están disponibles hoy, volverán a nosotros algún día, ni
cuándo lo harán.
Si utilizamos cada oportunidad en
su momento, cambiaremos para mejorar y quizá no tengamos que lamentarnos
después.Feliz domingo
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