martes, 7 de agosto de 2012

Aprendamos a Pedir

Hay personas que me han dicho que ya no oran, no meditan y no piden porque se cansaron de pedir y Dios no les ha dado lo que piden; algunos piensan que no saben pedir y sí, sí hay unas mejores maneras que otras. Por ejemplo, si pides con un tono de víctima, de no merecerlo, o pensando que no te ayudarán, ya te estás cerrando a las respuestas; si estás condicionando la ayuda y quieres que se te cumplan las cosas tal y como las quieres, también puedes estar obstaculizando la solución.
Utiliza tu mente para imaginar lo que quieres, ya cumplido. No pienses en los medios, en las maneras de llegar allí en ese momento de visualizarlo, sólo imagínalo ya cumplido.
Luego, siente la emoción de tener ese sueño ya cumplido y sobre todo, siente el cuerpo, siente en el cuerpo esa emoción como si lo estuvieras viviendo y luego suéltalo todo en las manos de Dios.
Soltar no es resignarse; es dejarlo que se cocine.

Feliz Domingo

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